Yo no quería mostrar lo que me pasaba pero, como todo, como
las lágrimas, se me sale solo. Se mostraron así el amor y el dolor como las dos
caras de una moneda. Se me muestra, a veces, de golpe y como un golpe -un golpe
tremendo que me deja boca abajo y doblada en el piso-. ¿De qué está hecho mi corazón?,
me pregunto. ¿Qué gen, qué prenda posee que lo hace tan incondicional? ¿Será
una especie de incubadora, tal vez, que todo lo contiene y mantiene tibio y con
vida? Ay de mí. Cuando creo que ya está, que ya no queda nada más por qué matar
o morir o sufrir, un destello ínfimo, un asomo de algo (ni siquiera digno de
llamarse ternura), un gesto imperceptible, una palabra o simplemente mi nombre
pronunciado por tu voz, hace que se muestre todo de nuevo y que de golpe resucite.
Ay de mí. Visto así, decime por Dios… ¿tan difícil era
amarme? Quién, mi vida, quién puede conmoverse y revivir con tanta facilidad. Y un
fallido, como una lección, como una enseñanza, viene, según su costumbre, cambiando
la letra de una canción y llorando que Un
día volverás /y me sabrás amar.
Como que no termina la historia!
ResponderEliminarQué lindo Pili! Te felicito, re lindos todos! Y las fotos bárbaras!
ResponderEliminarUn beso grande!
Ay de mí. Ay de todos nosotros. Qué bellos son los ayes.
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