lunes, 8 de marzo de 2010

Día de la mujer, what?


El día de la mujer me irrita como me irritan la mayoría de los "día de...". El único día que siento en la sangre es el de la madre y ni siquiera lo siento en octubre sino el día del cumpleaños de mi hija -¡la pucha que eso sí es convertirse en algo de la noche a la mañana!-; y también, por supuesto, el día del amigo, quizá porque Dios me bendijo con muy buenas amigas y porque no puedo dejar de fascinarme con la movida urbana que representa ese día para toda la gente. Pero después, el día del niño, del padre, del abuelo, del arquero, del maestro, de la secretaria me tienen sin cuidado. Bah, me irritan.
AAAAAhora, el día de la mujer me irrita particularmente. Me dicen "feliz día", me mandan mensajes de textos y yo sonrío falsa y me pregunto por qué carajo esto de ser mujer es digno de felicitación, al punto de tener un día especial en el calendario. O no termino de entender si en realidad este día no es una forma de insulto.

AAAAEstuve investigando un poquito en internet sobre su origen para hacer mi descargo con una suerte de argumento. Sólo encontré lo que me esperaba: revolución industrial, revolución francesa, revolución femenina, etc., etc. Al fin y al cabo el día de la mujer no es más que la celebración o el recordatorio de los tantos derechos adquiridos, a fuerza de mucha lucha, por la mujer de Occidente con el fin de no ser menos que el hombre: derecho al voto, derecho a trabajar tantas o más horas que el hombre por un sueldo digno y amparo legal.
AAAAPero con ellos, sin que nadie los llamara, aparecieron el derecho a manejar, a cortar el pasto, cambiar cueritos y bombillas, agujerear paredes y colgar cuadros. Ahí sí que nos pusimos contentas, sólo que esta pila de derechos se acopló a nuestras obligaciones más o menos exclusivas del género: como por ejemplo la de embarazarse, andar con un ser humano adentro del cuerpo subiendo y bajando colectivos, dar de mamar cada tres horas, pasar meses sin probar una cerveza y durmiendo de a puchitos, cocinar para que nadie muera de inanición o desnutrición, planchar, limpiar y, de vez en cuando, ir al supermercado (porque mandar al hombre, por más buena voluntad que le ponga, es tirar un valioso bonus a la basura). Y todo esto en el marco de la mayor de las ciclotimias gracias a nuestro complejo sistema hormonal. Como sea, en cuerpo ausente o presente, toda la logística de una casa funciona en torno a nuestra cabeza, nuestro celular y la rapidez de nuestras piernas: lo que se rompe, lo que funciona, lo que hay que arreglar y a quién hay que llamar. Y de yapa todo, absolutamente todo, está a nombre nuestro, entonces resulta ser que no hay trámite que podamos delegar, o que si algún día hay un problema, las que vamos en cana somos nosotras.

AAAAAl fin conseguimos lo que queríamos; ser iguales a ellos y mejor que ellos porque nuestras responsabilidades se cuadruplicaron pero, no importa, porque así confirmamos que somos mujeres: porque vamos por la vida como expertas y orgullosas malabaristas, tapándonos las ojeras con kilos de base y con la mejor sonrisa tiesa. Vivimos agotadas, al borde del colapso y añoramos indignadas los tiempos de nuestras abuelas en lo que los embarazos consistían en tejer al crochet mirando el sol de otoño entrar por la ventana, con olorcito a scons horneándose en la cocina, escuchando (quizás) un lindo bolero brasilero.
AAAAPuede que ese modelo a algunas le funcione pero, creo que está en nuestro XX esto de hacer cien millones de cosas a la vez como si fuéramos prestidigitadoras, y por eso nuestras antepasadas lucharon tanto para que lleguemos a este punto, aunque muchas veces lo hagamos con la lengua afuera. Somos felices así, nadie nos obliga a hacer nada (aunque es cierto que muchas no pueden darse el lujo de elegir). Y creo que por eso me irrita que me digan "¡Feliz día!", porque me suena casi a "pésame", los hombres lo dicen como con lástima porque, por supuesto, no entienden cómo hacemos. Al darle relevancia a este insólito día lo único que logran es que tome conciencia de todo lo que hacemos y me sofoque, ¿será eso? No es un logro adquirido ser mujer; es lo que nos tocó y lo hacemos lo mejor que podemos, lo mismo que los hombres, quienes hacen lo mejor que pueden con su naturaleza.

AAAAEste día sí tendría que llamarse "El día de los derechos de la mujer de Occidente"; y de esta forma la celebración sería mucho más justa, lo que se recuerda en un día como hoy, muchísimo más apropiado y, por sobre todas las cosas, a nadie se le ocurriría decirme: "Pili, feliz día de los derechos de la mujer".

3 comentarios:

  1. Bueniiiiiisssiiiiiimo !!!!
    jaja me diverti mucho. Es tal cual !!
    Besos
    Agus

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  2. Es curiosa la manera en que algunas mujeres ven machismo o falta de caballerosidad según su conveniencia. No compartir el volante es machismo, no cambiar la rueda es falta de caballerosidad.

    Ningún extremo es bueno. Mi viejo, en USA, se comió una cagada a pedos de parte de una mujer a quien le había dado paso al entrar a un restaurante. "You fucking sexist..."

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  3. Cuando Dios creó a Adán y Eva les dijo:

    sólo me quedan dos regalos:

    'Uno es el arte de hacer pipi de pie...
    Y entonces Adán se adelantó y gritó:
    '¡¡Yo!!!, ¡¡¡Yo!!!,¡¡¡Yo!!!,
    Yo lo quiero, por favor...Señoooor, ¡¡porfaaa, porfaaa!!!
    Mire que me facilitaría la vida sustancialmente. 'Eva asintió, y dijo que esas cosas no tenía importancia para ella.
    Entonces, Dios le dio a Adán el regalo y éste empezó a gritar de alegría.

    Corría por el jardín del Edén y hacía pipi en todos los árboles y arbustos, corrió por la playa haciendo dibujos con su pipi en la arena...
    En fin, no paró de lucirse.
    Dios y Eva contemplaban al hombre loco de felicidad y Eva preguntó Dios:
    '¿Cuál es el otro regalo?'
    Dios contestó:
    'Cerebro Eva, cerebro... y es para ti...!!!

    'Envíaselo a las mujeres que les quieras regalar una sonrisa...

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